Los envíos de dinero de trabajadores en países desarrollados hacia sus familias en Latinoamérica y el Caribe crecieron 25.3% en 2021 con respecto al año anterior, indica un informe del Banco Mundial publicado el miércoles, que estima que las remesas a la región seguirán aumentando.
Las transferencias monetarias registradas oficialmente a países latinoamericanos y caribeños el año pasado alcanzaron los 131,000 millones de dólares. El repunte fue generalizado, aunque especialmente notable en los envíos provenientes de Estados Unidos y, en menor medida, de España.
“El paquete de estímulo económico de Estados Unidos” para enfrentar la pandemia de covid-19 declarada en 2020 “contribuyó al crecimiento de las remesas, ya que tuvo efectos positivos en la creación de empleo”, señala el Banco Mundial en su último reporte sobre migración y desarrollo.
“Con mejores perspectivas para el mercado laboral en Estados Unidos, se espera que los flujos de remesas a la región continúen creciendo al 9.1% en 2022 y al 7.7% en 2023”, agrega.
Los expertos del Banco Mundial no descartan sin embargo un deterioro. Entre los riesgos a la baja incluyen un recrudecimiento de la pandemia, el impacto de la guerra en Ucrania, incertidumbres políticas, presiones inflacionarias y una desaceleración del crecimiento mundial.
Varios países registraron tasas de crecimiento de remesas de dos dígitos en 2021, incluidos Guatemala (35%), Ecuador (31%), Honduras (29%), México (25%), El Salvador (26%), República Dominicana (26%), Colombia (24%), Haití (21%) y Nicaragua (16%).
“Las remesas son importantes como fuente de divisas para muchos países, donde estos flujos representan al menos el 20% del PIB, como en El Salvador, Honduras, Jamaica y Haití”, apunta el Banco Mundial.
Y advierte que muchas naciones centroamericanas y caribeñas habrían sufrido un déficit de cuenta corriente si no fuera por los envíos de sus trabajadores en el exterior.
También destaca el “excepcional” incremento de 10.900 millones de dólares en los flujos hacia México en 2021, un 25% más que en 2020.
“La explicación más probable es un aumento en los migrantes en tránsito en México, provenientes de Honduras, El Salvador, Guatemala, Haití, Venezuela, Cuba y otros países”, explica.
“Para pagar sus costos de vida y viaje, incluidas las tarifas por cruzar ilegalmente la frontera hacia Estados Unidos, los migrantes en tránsito deben recibir remesas desde fuera de México”, apunta, estimando que este grupo incluye también a migrantes mexicanos.
Con un total de 54,000 millones de dólares de ingresos por remesas en 2021, México se ubica entre los cinco países del mundo que más transferencias recibieron el año pasado, ubicándose en segundo lugar después de India, y reemplazando a China, que quedó tercero seguido de Filipinas y Egipto.