La vida humana es sagrada, debería de ser inviolable. También deberían de serlo las Libertades Constitucionales. La Moral Sexual no debería de ser un asunto de Estado, desde la perspectiva de los Derechos Reproductivos de la mujer.
En una República Federal Constitucional, la Ley Suprema, es un “Poder” que sirve como un muro de contención del propio poder. En su global y máxima expresión es el Instrumento que tiene como función nuclear proteger y garantizar el Estado de Derecho. Siendo el recurso normativo madre que regula, limita y “equilibra” el Poder Político-Gubernamental, a fin de no permitir la vulneración de los Derechos Humanos Fundamentales de las personas, avalados por ella.
El Régimen Político de E.U.A: Democrático Presidencialista, en suma, a lo anterior, atesora los valores democráticos esenciales con los que se viste y es a través a su vez de los “Checks and Balances” (controles y equilibrios), que sus poderes interactúan unos con otros, lo que asegura su Autonomía tripartita. Sin embargo, los intereses nacionales deberían asegurar que sus decisiones y acciones sean a favor de la ciudadanía, siempre.
“Jane Roe” junto con “Henry Wade”, fueron un desafío para la Legislación Texana en 1969. Representaron un reto que se transformó, tras el fallo de la Corte Suprema de los E.U.A, en un hito histórico sin precedentes a favor de los Derechos Reproductivos de la mujer. Impactando al mundo entero. Sin embargo, tras la reversa reciente, que se le aplicó a dicho fallo, con un segundo fallo por parte de la Corte Suprema, conmocionó a la gran mayoría de la sociedad global.
Naciones como: Reino Unido, Escocia, Canadá, España, Noruega, Francia, Bélgica, así como Líderes de América Latina, entre otros, se sumaron junto con Organizaciones Internacionales como la ONU y Organizaciones no Gubernamentales con impacto y alcance Internacional tales como: UNFPA, FIGO, “MSI Reproductive Choices”, “International Planned Parenthood Federation”, entre otras, para pronunciarse públicamente en contra de dicho fallo. Esto en adhesión a que recientemente, CNN, reportó que un 59% de los adultos (as) estadounidenses desaprobaban dicha decisión (Jun-22).
Una Legalidad Constitucional a favor de una visión política, no unificada a favor de la mayoría, se convierte en una moneda de cambio de poder en un juego político peligroso. Kamala Harris vincula dicha trasgresión a otras posibles trasgresiones futuras de Derechos como lo es el de la Privacidad, directamente, con todo lo que ello conlleva, considerando que este se encuentra implícito en la Constitución de los E.U.A.
“Roe vs Wade” se fundamentó en un marco de Derecho a la Privacidad, así como otros recursos legales vigentes, que están “constituidos”, “amparados” bajo el mismo marco, lo que los podría hacer peligrar como lo apuntó Harris, como el caso, “Griswold vs Connecticut”, que establece el Derecho al uso de métodos anticonceptivos, por parte de los matrimonios consumados, entre otros.
Kamala Harris no solo cuenta con una larga trayectoria en materia de Derechos Reproductivos. En el caso de Estados Unidos, es la primera mujer en ser electa como la funcionaria que ha ocupado el mayor cargo del más alto rango en dicho país. La Vicepresidenta de los E.U.A., ante tal escenario, hace énfasis en la necesidad urgente de concentrar coaliciones efectivas para ejecutar acciones determinantes al respecto, lo que parece uno de los pocos caminos accesibles, para lograr la posible construcción de un retorno de retornos.
Michelle Bachelet, la Alta Comisionada de la ONU para los Derechos Humanos, por su parte aclaró que “el acceso al aborto seguro, legal y efectivo está firmemente arraigado en el Derecho Internacional de los Derechos Humanos y es el núcleo de la autonomía y la capacidad de las mujeres y las niñas para tomar sus propias decisiones sobre sus cuerpos y vidas, libres de discriminación, violencia y coerción” (News-UN-Jun-22).
Millones de abuelas, madres, hijas, nietas norteamericanas, salieron a las calles, para exigir el respeto que merece uno de los Derechos Humanos catalogados como uno de los más polémicos en la historia (si consideramos el contexto socio-político-histórico que le hace referencia) y que viene con una sub-etiqueta intrínseca: No a la violencia de género.
Este acontecimiento, de muchos otros, evidencia una crisis de fondo y estructural de las Instituciones Nacionales e Internacionales. Hace unos días, una superpotencia mundial, retrocedió, como lo dijo su Presidente: 150 años (BBC-Jun-22), el mañana, es incierto, más incierto que antes, en lo que a los Derechos de las mujeres se refiere.
La ONU, en este sentido, insta a tomar medidas de contención para mitigar las consecuencias de dicha decisión, puesto que indica que dicha restricción legal, no reducirá la necesidad y/o demanda de aborto de las mujeres y niñas norteamericanas, que en su mayoría pertenecen a las minorías raciales y que viven en la pobreza, lo anterior, incluye a las migrantes, también a las mexicanas.
Entre otras cosas, predicen el incremento del número de niñas y mujeres que acudirán a abortos clandestinos, poniendo en riesgo su vida, con ello, prevén un aumento exponencial del 21% de la Mortalidad Materna en dicho país, al cumplir el segundo año dicha restricción (ONU-Jun-22). Lo que nos lleva a vislumbrar que el futuro y destino de nuestras hermanas norteamericanas está en grave riesgo.
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