Los simpatizantes del presidente brasileño, Jair Bolsonaro, comenzaron a llegar a un estadio de fútbol en Río de Janeiro el domingo, donde se espera que nombren oficialmente al líder de derecha como candidato a la reelección en lo que ha demostrado ser una de las contiendas políticas más amargas de América Latina en años.
Se espera que el derechista Partido Liberal (PL) designe a Bolsonaro como su candidato para la votación del 2 de octubre ante una audiencia de aproximadamente 10.000 personas en el estadio Maracanazinho de Río, un movimiento que se considera el inicio oficial de la candidatura de Bolsonaro bajo la ley brasileña.
El nombramiento se produce mientras el presidente sigue lanzando ataques infundados sobre la fiabilidad del sistema de voto electrónico del país, lo que pone en duda que acepte la derrota.
Esto parece una posibilidad cada vez más probable, ya que Bolsonaro lucha por ganar el respaldo de los votantes, mientras la alta inflación sigue golpeando su imagen.
Algunas encuestas sitúan al excapitán del ejército casi 20 puntos porcentuales por debajo del expresidente Luiz Inácio Lula da Silva, que gobernó el país de 2003 a 2010 y sacó a millones de personas de la pobreza gracias a un agresivo gasto social durante un periodo de rápido crecimiento impulsado por las materias primas.
Su popularidad ha caído en los últimos años debido a las investigaciones de corrupción de alto nivel -el propio Lula pasó más de un año y medio en la cárcel debido a una condena por soborno que fue posteriormente anulada-, pero sigue siendo una figura relativamente admirada entre los brasileños.
Sin embargo, para los seguidores de Bolsonaro en el estadio, agitando banderas brasileñas y ataviados con la camiseta nacional de fútbol, la posibilidad de un regreso de Lula es inconcebible.
Vera Carvalho, de 59 años, una maestra de escuela de Río, dijo que esperaba que no hubiera un golpe, pero que si lo hubiera, sería culpa de la izquierda por intentar instalar a un presidente corrupto.
“Espero que no haya uno, pero temo que pueda haberlo”, dijo. “Lula tiene que volver a la cárcel. Es una alimaña”.
En la convención, se espera que Bolsonaro se centre en los logros de su gobierno para garantizar la libertad religiosa y económica, incluyendo sus esfuerzos para flexibilizar las leyes de propiedad de armas, según fuentes de la campaña consultadas por Reuters.
El izquierdista Partido de los Trabajadores (PT) nominó oficialmente a Lula el jueves, mientras que el candidato de centro-izquierda Ciro Gomes, que se presenta en un lejano tercer lugar, fue nominado por el Partido Democrático del Trabajo (PDT) el miércoles.
En las próximas semanas, la ya tensa batalla entre los dos principales candidatos debería calentarse aún más. A mediados de agosto, Lula y Bolsonaro serán autorizados para realizar la mayor parte de la propaganda.
Más historias
Advertencia del Servicio Geológico Colombiano tras sismo en Santander
Libera Venezuela a 40 adolescentes detenidos durante protestas por resultado electoral
Brasil suspende la red social X por desacato judicial