En el 10° Encuentro Iberoamericano de Museos, especialistas llamaron a crear nuevos discursos que resalten los aportes históricos y la vitalidad cultural de los afrodescendientes; el Museo Nacional de Antropología, de México, ya trabaja en ello.
A pesar de los avances logrados en los marcos constitucionales de México y de otras naciones latinoamericanas para reconocer los derechos de las poblaciones afrodescendientes, aún existen muchos pendientes, entre ellos, difundir y reflexionar desde los museos sobre su pasado histórico y su presente.
Panelistas de México, Cuba, Chile y Argentina, participantes en la segunda jornada de actividades del 10° Encuentro Iberoamericano de Museos, en el Museo Nacional de Antropología, dentro de la mesa titulada “Intercambio de experiencias con enfoque en decolonización en museos”, señalaron la deuda histórica que los gobiernos de la región tienen de contar con espacios museales específicos que difundan la herencia cultural afrodescendiente.
La investigadora del Instituto Nacional de Antropología e Historia (INAH), María Elisa Velázquez Gutiérrez, adujo que tan sólo el Museo Nacional de Antropología (MNA), de México, sede del encuentro, solía incluir “únicamente dos frases” en su Sala Etnográfica para referirse a tales comunidades.
Actualmente, agregó, dicha sala atraviesa un proceso de actualización, de allí que historiadores, antropólogos, museólogos y museógrafos del MNA, trabajan en un nuevo discurso que resaltará la vitalidad cultural y la historia de las personas que descienden de aquellos 250 mil hombres y mujeres de origen africano que arribaron a la Nueva España, a lo largo de los 300 años del periodo virreinal; cifra que, aclaró, no considera a los millares de personas que fueron traídos al actual territorio mexicano mediante contrabando.
“Pese a los esfuerzos de investigación histórica y antropológica, se sigue invisibilizando a los grupos afromexicanos en los museos de nuestro país”, señaló la antropóloga al exponer otras iniciativas que buscan resaltar a personajes históricos de sumo conocidos por la población, pero cuyo origen afro es, a menudo, poco difundido o plenamente negado.
Encaminado a remediar esta situación, subrayó Velázquez Gutiérrez, desde el INAH se han emprendido diversas iniciativas, como la renovación de cédulas que se lleva a cabo en el Museo Regional de Guerrero, donde ahora desde los textos de sala y otros contenidos informativos se enfatiza el origen afrodescendiente de Vicente Guerrero.
Por último, la investigadora llamó a dejar atrás, ya sea desde los grandes museos nacionales o de los de tipo comunitario, equívocos como la vinculación de la población afromexicana como la “tercera raíz”, en vista de que no solo, “es imposible enumerar las raíces”, sino que tal idea deriva de una homogeneización buscada por las elites del México independiente del siglo XIX, quienes difundieron la noción de una población mestiza, la cual únicamente descendía de dos raíces: la indígena y la española, concluyó.
kg