Las armas estadunidenses, muchas de ellas exportadas legalmente, están fluyendo hacia América Latina, en un “río de hierro“ que termina en manos de cárteles de la droga y fuerzas de seguridad abusivas, advirtieron activistas el lunes, quienes demandan mayor supervisión legal y de las agencias federales de Estados Unidos.
Más de la mitad del arsenal relacionado con actividades criminales que es recuperado y rastreado en América Central proviene de Estados Unidos, según la agencia estadunidense de control de armas ATF. Este nivel se acerca a 70 por ciento para México y ronda 80 por ciento en todo el Caribe.
“Se llama el río de hierro y está inundando los países del sur”, señaló Elizabeth Burke, de la organización estadunidense Acción global contra la violencia armada, en un evento organizado por el Centro para el Progreso de América en Washington.
Burke pidió normas que impidan a los fabricantes vender a comerciantes con prácticas de distribución laxas. También deberían dejar de comercializar artefactos perforantes y pistolas que puedan modificarse fácilmente para disparar cientos de balas a la vez, consideró.
El activista John Lindsay-Poland, de Detengan las armas estadunidense a México, añadió que la laxitud de las normas sobre licencias y su aplicación contribuye a facilitar el flujo transfronterizo de arsenal, incluido el de grado militar que desean los cárteles. “¿Por qué estaríamos armando a las mismas personas contra las que decimos estar luchando?”, señaló, al pedir más controles al inicio de la cadena de suministros.
Dieciséis estados estadunidenses y un puñado de gobiernos caribeños expresaron el mes pasado su apoyo a la demanda civil de México contra los fabricantes de armas, que pretende responsabilizarlos de facilitar el tráfico de artefactos letales.
Las armerías han sostenido que las venden legalmente a estadunidenses que pasan una verificación de antecedentes, y sus abogados han argumentado que responsabilizarlos abre la puerta a otras demandas, como la muerte de rusos asesinados por sus armas en Ucrania.
Las cifras del gobierno estadunidense muestran que el año pasado los ingresos por envíos legales de arsenal a Latinoamérica aumentaron 8 por ciento, y casi todas las ventas se destinaron a Brasil, México, Guatemala y Colombia. La Asociación Nacional del Rifle y el Departamento de Estado no respondieron de inmediato a una solicitud de Reuters para hacer comentarios.
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