El martes, a través del diario oficial La Gaceta, se informó que la fundación católica Fraternidad Pobres de Jesucristo, que contaba con la colaboración de cuatro monjas brasileñas, fue clausurada por el gobierno de Nicaragua. Estas monjas ya han abandonado el país, y se ha ordenado que los bienes de la fundación sean traspasados al Estado. Esta acción se suma al cierre de más de 3.300 organizaciones sociales en los últimos años por parte del gobierno nicaragüense.
La asociación religiosa, que fue inscrita formalmente en Nicaragua en 2019, había estado trabajando en el país durante siete años, brindando alimentos y vestimenta a los habitantes de comunidades pobres en el departamento occidental de León, donde tenían su sede.
El cierre de la organización religiosa fue comunicado a través de un acuerdo ministerial suscrito por la titular de Gobernación, María Amelia Coronel Kinloch. En dicho acuerdo se señaló que la asociación religiosa no había renovado su junta directiva desde 2021 y no había presentado sus estados financieros entre 2020 y 2022.
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