Ejemplos de contenido generado por IA, como imágenes y diálogos políticos ficticios, han sido utilizados por candidatos y partidos en campañas oficiales y en mensajes políticos en redes sociales.
Un informe reciente de HelloSafe revela que en la región, el sector privado ha comenzado a apostar fuertemente por la IA, con un alto porcentaje de empresas colombianas, peruanas, argentinas, brasileñas y mexicanas utilizando estas herramientas, especialmente en áreas de marketing y automatización de servicios al cliente.
¿Cómo se emplea la IA en las campañas electorales?
La IA también se espera que tenga impacto directo en el electorado, perfeccionando los chats para dar a conocer propuestas políticas y persuadir a los votantes. Sin embargo, estos avances no serán uniformes en toda la región, concentrándose principalmente en países con mayor penetración de internet y comunicación digital.
Además de influir en el electorado, la IA está transformando las dinámicas y métodos de trabajo en las campañas políticas. Se espera que en las próximas elecciones presidenciales en Estados Unidos, los partidos utilicen IA para la identificación y análisis de datos de donantes y votantes, buscando patrones de comportamiento que puedan ser aprovechados para impulsar donaciones y apoyos.
La IA también puede automatizar tareas esenciales de campaña, como la creación de mensajes para redes sociales y propuestas de discursos. Aunque esto puede agilizar el proceso, también plantea desafíos éticos, como el uso de deep fakes generados por IA para engañar al electorado y la protección de la privacidad de la información personal.
La IA tiene la capacidad de adaptarse a nuestros deseos y comportamientos, lo que la hace una herramienta poderosa para influir en la percepción de la información y crear burbujas de información personalizada. También puede predecir comportamientos electorales, lo que puede alterar la distribución de recursos y estrategias en campañas políticas.
En medio de estos avances, la regulación adecuada de la IA es crucial para evitar que la democracia se convierta en un laboratorio de manipulación profunda de voluntades y criterios. Los procesos electorales en América Latina enfrentan desafíos extraordinarios impulsados por la IA, y es fundamental garantizar que el libre albedrío y la transparencia no sean sustituidos por manipulación y condicionamiento.