La Policía Federal brasileña llevó a cabo una importante operación este jueves, deteniendo a un empresario sospechoso de ser el mayor deforestador de la Amazonía brasileña. Se le acusa de ser responsable de la tala de aproximadamente 65 kilómetros cuadrados de selva en el estado de Pará, al norte del país.
La detención del empresario se realizó en el municipio de Novo Progresso, una pequeña ciudad ubicada en la región amazónica. Como parte de la operación, los tribunales ordenaron el bloqueo de 116 millones de reales (unos 23 millones de dólares), que se estima representa el valor mínimo de los recursos naturales extraídos ilegalmente. Además, se llevó a cabo la confiscación de 16 haciendas y 10.000 cabezas de ganado, en un intento por desmantelar las operaciones ilegales del grupo liderado por el sospechoso.
En los registros realizados en las propiedades del empresario, la Policía Federal incautó 300 gramos de oro bruto, supuestamente extraídos de minas ilegales. Esto agrega más evidencia de las prácticas ilegales relacionadas con la explotación de recursos naturales en la región.
Según las investigaciones policiales, el grupo vinculado al empresario realizaba registros fraudulentos de tierras, utilizando nombres de terceros, en su mayoría familiares. Posteriormente, talaban la vegetación nativa de estas tierras para criar ganado. Esta estrategia les permitía ocultar su verdadera responsabilidad en la degradación ambiental y, de este modo, evadir posibles procesos criminales y administrativos.
Las propiedades del empresario ya habían sido objeto de seis embargos previos por parte del Instituto Brasileño del Medio Ambiente (Ibama) debido a irregularidades detectadas en su actividad. La operación coincide con la publicación de datos que muestran una disminución en la tasa de deforestación en la Amazonía desde enero, gracias a una mayor fiscalización por parte del Gobierno del presidente Luiz Inácio Lula da Silva.
Durante el periodo entre agosto de 2022 y julio de 2023, la Amazonía ha perdido 7.952 kilómetros cuadrados de vegetación, lo que representa una caída del 7% en comparación con los doce meses anteriores. Estos datos señalan la menor área deforestada de los últimos cuatro años, aunque aún queda mucho trabajo por hacer para detener la destrucción de uno de los ecosistemas más importantes del planeta.
El arresto del supuesto mayor deforestador de la Amazonía envía un mensaje claro sobre la determinación de las autoridades en la lucha contra la tala ilegal y la explotación irresponsable de los recursos naturales. Se espera que esta operación ayude a disuadir a otros involucrados en actividades similares y proteger la invaluable biodiversidad de la Amazonía para las generaciones futuras.