Embajada venezolana en Chile cierra sus puertas
Venezolanos en Chile afectados por cierre de embajada
En un barrio residencial de Santiago de Chile, un grupo de venezolanos se agolpa tras una reja vigilada por policías que les impide el paso a la embajada de su país. Nicolás Maduro, en represalia contra el Gobierno de Gabriel Boric, ordenó el lunes la salida de su personal diplomático del país. Esta medida dejó a más de 700.000 venezolanos en Chile a la deriva.
Consecuencias para los venezolanos
El cierre de la embajada afecta directamente a los ciudadanos venezolanos en Chile. Muchos no pueden renovar sus pasaportes o conseguir documentos esenciales. J. M. H., de 26 años, llegó a Chile hace seis años debido a la delincuencia en Venezuela. Ahora, su pasaporte vencido le impide viajar a su país para enterrar a su madre. La incertidumbre y frustración aumentan mientras espera fuera de una embajada vacía.
Ana D., de 58 años, también enfrenta problemas similares. Llegó a Chile en 2018, dejando su negocio en Maracaibo. Necesita un pasaporte vigente para regularizar su situación laboral, pero los altos costos y la falta de citas consulares complican su situación. Como muchos otros, Ana envía dinero a sus familiares en Venezuela, agravando su situación económica.
Reacciones y declaraciones
El venezolano Roberto Delgado, consultor migratorio, explicó que el cierre de la embajada es una medida de castigo contra la ciudadanía. Los trámites consulares ahora podrían tardar hasta un año, afectando gravemente a los venezolanos en Chile. La frustración de la comunidad es evidente, ya que ven limitadas sus opciones de regularizar su estatus o viajar a su país de origen.
El presidente Boric criticó la decisión de Maduro, calificándola de intolerante y perjudicial para los venezolanos en Chile. La ministra del Interior, Carolina Tohá, anunció que el consulado chileno en Caracas seguirá operando con personal local y esperan implementar una solución similar en Chile para asistir a la comunidad venezolana.
Impacto en la comunidad
R.R., de 37 años, reside en Chile desde hace cinco años. Dejó su trabajo en Venezuela para buscar un futuro mejor. Ahora, con un pasaporte vencido, no puede presentar a su bebé de cuatro meses a su familia en Maracaibo. Las aerolíneas también han suspendido rutas que conectan Chile con Venezuela, complicando aún más la situación.
Los venezolanos en Chile, como J. M. H., Ana D., y R.R., enfrentan una realidad incierta y angustiante. El cierre de la embajada no solo afecta su capacidad de viajar y regularizar su situación, sino que también aumenta su desesperación y sentimiento de abandono. A pesar de los desafíos, muchos mantienen la esperanza de que las manifestaciones y la presión internacional obliguen a cambios significativos en Venezuela.
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