Por Laura Pinzón
En un sistema democrático, la libertad y ética de la prensa son pilares fundamentales que garantizan una sociedad informada y participativa. En el contexto colombiano, la situación de la prensa ha sido objeto de debate y preocupación constante. Por eso, es necesario analizar la libertad y ética de la prensa durante el gobierno de Gustavo Petro, reconociendo las diversas perspectivas y considerando la importancia de la información veraz y equilibrada en un entorno democrático.
Durante el gobierno actual, algunos críticos han expresado preocupación por la relación entre este y los medios de comunicación. Se ha argumentado que existen momentos en los que el presidente Gustavo Petro muestra una postura confrontacional hacia ciertos medios de comunicación, lo que genera inquietudes sobre la libertad de expresión y la autonomía de la prensa. Un claro ejemplo, fue la reciente denuncia de la Fundación para la Libertad de Prensa (FLIP) al mandatario:
“No es la primera vez que el Presidente interfiere en el ejercicio libre de la prensa. Sus críticas y refutaciones han sido constantes desde el inicio de su gobierno, hace nueve meses. Ha insistido en responsabilizar a los medios de comunicación de diversas conductas, incluso de actos delictivos, para invalidar sus denuncias y reportajes de interés público. Así mismo, ha sostenido que existe una campaña de desinformación orquestada o apoyada por el periodismo que informa sobre su gestión”
Por ello, es esencial destacar que la crítica y el escrutinio hacia los medios de comunicación son parte integral de una sociedad democrática, siempre y cuando se respeten los principios de la libertad de prensa y se promueva un debate constructivo.
Ahora bien, en cuanto a la ética de la prensa, es fundamental que los periodistas y los medios de comunicación se adhieran a altos estándares profesionales. La objetividad, la verificación de hechos y la presentación equilibrada de información son elementos esenciales para construir la confianza del público en los medios de comunicación. Sin embargo, la ética periodística no es exclusiva de un gobierno en particular, sino que debe ser una responsabilidad compartida entre los periodistas, los medios y la sociedad en su conjunto.
Por tanto, la libertad y ética de la prensa en Colombia son fundamentales para una sociedad informada y democrática. Sin embargo, existen desafíos persistentes y el actual gobierno no debe ignorarlos. Recordemos que, según Reporteros Sin Fronteras, Colombia se ubica en el puesto 133 de 180 países en términos de libertad de prensa y, aunque existen leyes para proteger a los periodistas, la impunidad en casos de agresiones y asesinatos sigue siendo alta. Por ello, es esencial fortalecer los mecanismos de protección y garantizar una investigación efectiva en casos de violencia contra la prensa. Además, es necesario promover la transparencia en la propiedad de los medios y fomentar una diversidad de voces y opiniones. La libertad de prensa y la ética periodística deben ser pilares de una sociedad informada y plural.
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