Comunicado a la opinión pública frente a señalamientos del periodista Winston Viracachá
En múltiples ocasiones, las voces de las mujeres han sido invisibilizadas, rechazadas e ignoradas. A las víctimas se les ha tratado de mentirosas porque, a la lógica de unos pocos, la palabra del victimario tiene más poder y peso.
En días pasados, el periodista Winston Viracachá puso en tela de juicio mis denuncias por amenazas de los grupos al margen de la ley. Indirectamente me llamó mentirosa y desestimó el riesgo que hay sobre mí y mi familia.
“Yo dialogué con la gente de Franco Benavides (disidentes de las Farc) y negaron las amenazas en su contra”, dijo el comunicador, al tiempo que dejó sobre la mesa un supuesto complot de mi parte para victimizarme.
Se le olvida al periodista Winston que las Farc, así como otros grupos ilegales, negaron por años las atrocidades cometidas y aún niegan varias de las acciones delictivas en nuestro departamento. Él, quizá de manera ingenua, asimila la palabra de los criminales como una verdad absoluta, mientras que mis denuncias, que están en la Fiscalía, las considera una mentira.
Y yo le pregunto: ¿mi voz no tiene peso porque desde la legalidad alerto sobre lo que está mal? ¿La palabra de las víctimas siempre debe estar en tela de juicio?
La violencia me arrebató a mi familia, me arrebató a mi hermano, quien fue asesinado por criminales; desplazó a mi familia del territorio declararon objetivo militar a mis padres y a mi persona, han causado daños severos en el seno de mi familia. He sido víctima por daños directos y colaterales, y aún así, con todo lo que ha ocurrido, me veo obligada a soportar ante el escarnio denuncias válidas sobre posibles atentados en mi contra.
Existen pronunciamientos judiciales que acreditan mi situación de riesgo, la sala penal del Tribunal Superior del Distrito Judicial de Pasto corroboró la situación de riesgo extremo por mis acciones de gobernanza en el territorio. Estudios de riesgo por parte de la UNP.
Yo respeto profundamente a la libertad de prensa, tengo excelente relación con el medio, del cual hago parte, pues de profesión soy comunicadora social. No obstante, no dejaré que alguien al frente de un micrófono mancille mi honra y la de mi familia.
La Fundación para la Libertad de Prensa sin tener mucho contexto de lo ocurrido, me anunció una supuesta investigación y denuncia en mi contra. Yo les pido, respetuosamente, que escuchen la entrevista completa para que comprendan realmente lo sucedido.
Sí, soy mujer, soy víctima del conflicto armado, fui alcaldesa de Policarpa con grandes resultados en ese municipio, y ahora sueño con ser la primera mujer en llegar a la Gobernación de Nariño. Los ataques mediáticos no detendrán este movimiento social que busca el renacer de Nariño.
No nos calláremos ante la injusticia y caminaremos juntos, sin miedos, hacia un futuro mejor.
Claudia Cabrera
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