El 20 de octubre marcó el vigésimo aniversario del programa Bolsa Familia, el programa de subsidios más grande en la historia de Brasil. A día de hoy, 21.5 millones de familias reciben un promedio mensual de 687 reales, aproximadamente 138 dólares, lo que le ha costado al gobierno 14.600 millones de reales (1.922 millones de dólares) solo en septiembre de este año. La transferencia de ingresos a través de subsidios ha sido una piedra angular de la política social desde el primer mandato del presidente Lula da Silva.
Orígenes del Programa
Presentado en 2003 y aprobado por el Congreso en enero de 2004 mediante la Ley 10.836, el programa sufrió un cambio de nombre por el presidente Bolsonaro en diciembre de 2021, rebautizándolo como “Auxilio Brasil”. Sin embargo, con el regreso de Lula al poder, en junio de este año, el programa volvió a llamarse Bolsa Familia a través de la Ley Nº 14601. Este programa unificó las ayudas asistenciales que se dividían en subsidios escolares, alimentarios y para la adquisición de garrafas de gas para cocinar, implementadas por su predecesor, el presidente Fernando Henrique Cardoso.
Impacto en la Reducción de la Pobreza
El Bolsa Familia ha sido reconocido por su contribución a la reducción de la pobreza en Brasil. En 2006, el Centro de Políticas Sociales de la Fundación Getúlio Vargas (FGV) publicó un estudio que reveló una disminución en la población en situación de pobreza entre 2003 y 2005. Además, la Organización de las Naciones Unidas para la Alimentación y la Agricultura (FAO) consideró al Bolsa Familia como un factor clave en la eliminación de Brasil del Mapa Mundial del Hambre en 2014.
Desafíos Actuales
Sin embargo, después de dos décadas, los datos revelan que el programa enfrenta nuevos desafíos. El número de familias beneficiarias ha aumentado de 11.1 millones en 2006 a 21.5 millones en la actualidad. A pesar de la condición de que los beneficiarios envíen a sus hijos a la escuela, el gobierno carece de información sobre la asistencia escolar de uno de cada cuatro niños en hogares beneficiarios.
Recientemente, el Banco Mundial propuso un modelo diferente para el programa, que el gobierno decidió no considerar. Este nuevo enfoque sugería pagar un subsidio por persona en lugar de un promedio por familia, lo que reduciría el porcentaje de familias en situación de pobreza y de pobreza infantil y disminuiría el costo del programa.
El número de beneficiarios del Bolsa Familia supera el número de personas empleadas formalmente en 13 estados brasileños. Aumenta la informalidad en el mercado laboral, con más personas trabajando sin contratos regulares. Aunque el Bolsa Familia continúa siendo un pilar en la lucha contra la pobreza, se necesita abordar la creciente dependencia de la ayuda estatal y fomentar la creación de empleos regulares.
Hambre y Desperdicio de Alimentos
El presidente Lula ha anunciado la intención de erradicar el hambre en Brasil para diciembre de 2026. Sin embargo, Brasil enfrenta el desafío de la inseguridad alimentaria y el desperdicio de alimentos. Según la Red Brasileña de Investigación en Soberanía y Seguridad Alimentaria y Nutricional (PENSSAN), un 15% de la población, o 33 millones de personas, vive en condiciones de inseguridad alimentaria severa.
A pesar de ser uno de los principales productores mundiales de alimentos, Brasil se ubica en el décimo lugar entre los países que más desperdician alimentos. Se estima que cada brasileño tira 60 kilos de alimentos aptos para el consumo cada año. Además, la legislación actual impide que los supermercados y las multinacionales de alimentos donen alimentos cercanos a su fecha de vencimiento, a diferencia de lo que ocurre en Europa.
Distribución de Comedores Sociales
El crecimiento del número de personas sin hogar en Brasil ha llevado a un aumento en la distribución de comidas a través de ONGs y programas gubernamentales. El ayuntamiento de San Pablo anunció un programa denominado “Red de Cocinas Escolares”, que planea invertir en cocinas comunitarias para proporcionar comidas a la población más vulnerable.
Este programa busca proporcionar hasta 24,000 comidas diarias, lo que representa menos de la mitad de la población sin hogar. Hasta la fecha, son principalmente organizaciones privadas las que distribuyen alimentos. La distribución de alimentos en áreas remotas, como la Amazonia, es un desafío adicional, y en algunos casos, las promesas de comidas gratuitas han sido utilizadas para persuadir a personas para propósitos distintos a la asistencia alimentaria.
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